En mayo de 2010 Bitcoin era una incipiente red formada por nerds, geeks, aficionados a la informática y libertarios amantes de la tecnología. En ese momento la minería se hacía con ordenadores domésticos o portátiles usando el microprocesador de la computadora para convertir la electricidad en un juguete digital coleccionable sin valor que sólo servía para jugar. Los usuarios lo minaban y enviaban de un lado a otro utilizando el único software disponible que realizaba tanto la minería como la implementación de la billetera.
La ficha bitcoin no tenía valor de mercado. No se vendía, solo se producía. Por lo tanto el mercado tenía mucha oferta pero prácticamente ninguna demanda. El usuario NewLibertyStandard calculó el coste de producir un bitcoin teniendo en cuenta su factura de electricidad. Al hacerlo llegó a la conclusión de que 1.000 BTC valían alrededor de 1 USD.
La recompensa del bloque era de 50 BTC y tanto la dificultad como la potencia total de la red eran muy bajas (en comparación con los tiempos actuales). Este escenario era perfecto para atrapar la mayor parte de los 7.200 bitcoins que se extraían diariamente para cualquiera que tuviera las habilidades y el poder de minería adecuados.
En este contexto, Laszlo Hanyecz invirtió su tiempo, conocimientos y habilidades para desarrollar el software necesario para optimizar la minería de un token casi sin valor: inventó la minería de GPU (de placa de video). Con esta tecnología, mejoró enormemente la eficiencia de la minería, incrementó su hashing personal y obtuvo muchas monedas recientemente producidas por la red. Al principio, siendo el único minero de GPU, tenía una enorme ventaja sobre cualquier otro minero/usuario de la red. Se estima que llegó a un punto en el que controlaba hasta el 80% de la potencia total de hashing. Esto condujo a un importante aumento personal de sus tenencias de BTC cuando pudo haber acumulado varias decenas o incluso cientos de miles de monedas.
“Pagaré 10.000 bitcoins por un par de pizzas… tal vez algo así como 2 grandes, para que me sobre algo para el día siguiente. Me gusta tener pizza de sobra para comerla más tarde. Puedes hacer la pizza tú mismo y traerla a mi casa o pedirla en un lugar de entrega, pero lo que quiero es que me entreguen la comida a cambio de bitcoins donde no tenga que pedirla o prepararla yo mismo, algo así como pedir una “bandeja de desayuno” en un hotel o algo así, donde ¡solo te traen algo de comer y eres feliz! Me gustan de cebolla, pimiento, salchicha, champiñón, tomate, pepperoni, etc… solo cosas estándar, nada raro como pescado ni nada de eso. También me gustan las pizzas de queso normales, que pueden ser más baratas de preparar o de adquirir. Si estás interesado, por favor, házmelo saber y podremos llegar a un acuerdo. Gracias, Laszlo” – Publicado el 17 de mayo de 2010 –
El 22 de mayo, la propuesta fue aceptada, las pizzas fueron pagadas con una tarjeta de crédito y disfrutadas por la familia Hanyecz llegando a los libros de historia de Bitcoin.
El día de la pizza de Bitcoin no se trata del hombre que regaló millones de dólares por un par de pizzas, se trata de cómo casi nadie aceptó millones de dólares por el precio de un par de pizzas. El descubrimiento de los precios es un proceso desordenado e interminable. La apreciación subjetiva del valor cambia con el tiempo. Cualquiera está dispuesto a pagar 41 dólares por 10.000 BTC o incluso por 0,0051 BTC hoy en día, pero solo un puñado de personas aceptaron la propuesta de Laszlo por las pizzas y les llevó cinco días hacer el negocio de sus vidas.
La apreciación subjetiva de valor está fuertemente influenciada por la apreciación social (y el efecto de red). Hanyecz tuvo que hacer el trato públicamente e ir en contra de la ley de Gresham gastando dinero duro en vez de uno blando para mostrar a todos que las fichas tenían un valor real. Después de hacerlo, completó un importante hito en la historia de Bitcoin. La ficha dejó de ser solo una novedad sin valor para convertirse en algo nuevo, indefinido pero con un valor real. Después de todo, al menos puedes usarlo para comprar pizza.
Con esta historia en mente, si eres un poseedor puede que quieras pensártelo dos veces antes de gastarlo, y si todavía no tienes ningún bitcoin, como dijo Satoshi: “podría tener sentido conseguir un poco en caso de que se ponga de moda”. –
– Publicado originalmente el 22 de mayo de 2019 por @camilojdl –